Ante una eventual reforma o cualquier pequeña construcción, es muy habitual que la gente tenga mucha desconfianza o directamente miedo, con la factura que se pueden encontrar al final.
En domohomo arquitectos pretendemos atenuar lo más posible ese factor sorpresa y ofrecerle al cliente la mayor seguridad posible. Para ello, contamos con una metodología muy básica, que se fundamenta en tres puntos:
- diseño
- medición
- presupuesto
Puede que dicha fórmula resulte bastante obvia, sin embargo, el incumplimiento de alguno de estos pasos puede resultar fatídico. Es muy habitual que una persona se interese por una reforma y, ante distintas ofertas, se incline por la más barata, pero ¿a caso sabemos lo que nos están presupuestando?, seguro que no.
Por ello, es importante partir de un diseño o de un proyecto perfectamente consensuado y acotado en todas sus partes para, poseteriormente, hacer una cuantificación de todo lo que se implementa y, por último, pedir presupuesto a diferentes empresas.
Con este razonamiento, os queremos hacer partícipes de uno de nuestros últimos diseños. Se trataba de resolver un sushi-bar, en un restaurante de comida japonesa, en Santiago de Compostela. Los propietarios contaban con una antigua barra, pero ésta no estaba pensada para que los comensales no solo disfrutaron de sus platos sino que pudieran visualizar todo el proceso de elaboración, como un ingrediente más.
Por esta razón, se pretendía construir una nueva barra, acorde con esta idea, y que se integrara perfectamente con la actual decoración, al tiempo que el proceso de montaje fuese el menor posible, a fin de no cerrar el restaurante. La fase de diseño tenía que contemplar dos ideas muy claras; por un lado, que la barra permitiera albergar al máximo número de comensales y, por otra banda, que se permitiera la reutilización de diversos electrodomésticos, tal es el caso de una nevera industrial, un congelador y una vitrina para sushi.
Con todos estos condicionantes, se inició la etapa de diseño, donde se definió, tanto la geometría de los elementos como los diferentes materiales. De esa exhaustiva definición y cuantificación de los materiales a utilizar, ha sido posible, y sólo en ese momento, el poder entregarle al cliente un listado con todas las partidas de obra y su correspondiente medición.
Realizado este paso, ya se estaba en disposición de pedir presupuesto a diferentes constructoras. El ejemplo que ponemos siempre, en estos casos, es el de la lata de coca-cola. Uno puede ir a diferentes supermercados y comparar el precio de la lata de coca-cola (se supone que es la misma). Sin embargo, sería muy diferente si vamos por ahí comparando diferentes refrescos de cola. La comparación no sería correcta.
Aunque en esta ocasión os presentamos un proyecto de escala pequeña, es evidente que el proceso es perfectamente extensible a obras de mayor escala, bien sea la reforma de un local, una vivienda unifamiliar o un equipamiento urbano.
Desde aquí, queremos darle las gracias a la cadena de restaurantes Kyoto que ha confiado en nosotros para supervisar la totalidad del proceso. Os invitamos a que disfrutéis de todas sus especialidades en sus instalaciones.