A veces, la inspiración llega en el momento más inesperado y así fue con la silla Muros. En una visita a villa Ita, conversando con el carpintero sobre el detalle del apoyo de la galería, comentamos el placer que debía suponer estar contemplando la ría de Muros desde una butaca en este incomparable mirador, volando sobre el paseo marítimo. Así pues, surgió la silla Muros, una butaca para mirar al mar, desafiando los principios de la gravedad, un voladizo de sensaciones.

El material, al igual que en el conjunto de la obra, no podía ser otro que la madera de castaño; sin embargo, esto nos dio pie a una investigación mayor y poder explorar las posibilidades del castaño laminado, expresadas en el respaldo y reposa-brazos. Sin duda, la pericia de Lito y Adrián, los carpinteros que la fabricaron posibilitaron la realización de esta idea surgida de una visita de obra.

Fotografía: Mon Osaka